domingo, 29 de junio de 2008

Central al Argentino A

Lujan de Cuyo 1 - Central Cba 1
El tren ferroviario llegó al ascenso
Tras igualar ayer 1-1 ante Luján de Cuyo, Central Córdoba coronó el ansiado retorno al Argentino "A" tras imponerse por 5-1 en el global. El 4-0 de la ida fue indescontable para el elenco "violeta". Esto desató un verdadero carnaval, tanto en Mendoza como en nuestra ciudad, y sus hinchas exteriorizaron la alegría contenida durante largos años. El equipo del barrio Oeste vuelve tras 10 temporadas a la tercera categoría del fútbol nacional.

(Enviados especiales). Después de mucho peregrinar, de mucho sufrir, de tres finales perdidas, la cuarta fue la vencida para Central Córdoba. Ayer, en el estadio Malvinas Argentinas de Mendoza, el “ferroviario” consiguió el pasaporte al Argentino “A”, tras igualar 1-1 con Luján de Cuyo, para hacer feliz a la tremenda legión de simpatizantes. Daniel Quiroga, a los 18 minutos del primer tiempo, abrió la cuenta para el equipo “violeta”, mientras que Rubén el “Negro” Molina, sobre los 29 de la misma etapa. En el global, Central se impuso por 5-1, ganando por escándalo la Promoción.
El partido
Luján de Cuyo, como era de prever, salió con todo, llevándose por delante a Central Córdoba. Sobre los 4 minutos, una providencial y fenomenal atajada de Germán Montenegro, tras un cabezazo de pique al suelo de Velásquez, fue el primer gran llamado de atención para el fondo “ferroviario”. Pero así como el local se iba con todo en busca del gol que lo acercara a la Permanencia, dejaba también grandes huecos atrás.
Sobre los 18 minutos, Luján de Cuyo abrió la cuenta con un zurdazo bajo de Quiroga, tras un serie de rebotes en el área “ferroviaria”, que hizo estéril el esfuerzo del “Gordo”.
Un gol que alentaba al local a seguir buscando de esa forma y a Central a “ponerse las pilas” porque la “alarma” se encendía seriamente.
Pero sobre los 25 minutos, y cuando peor la pasaba el “ferro”, gran contraataque de Central encabezado por Sebastián Sáez, quien manejó a la perfección los tiempos, habilitó a Rubén Molina, quien le ganó en velocidad a su marcador, y en el mano a mano definió bajo al primer palo, ante el achique de Lavorante. Golazo. Un golpe psicológico en el partido, puesto que Luján de Cuyo acusó el golpe en los minutos subsiguientes y por contrapartida Central se agrandó y se tranquilizó para manejar mejor el partido.
Igualmente, en los minutos finales, Germán Montenegro volvió a exigirse al máximo al quitarle el segundo a Quiroga, con una tapada monumental. Sin lugar a dudas, la figura del “Gordo” fue la más importante del “ferro” en los primeros 45 minutos.
En el complemento, Luján de Cuyo siguió buscando descontar la amplia ventaja que Central había sacado en Santiago, mientras que el “ferroviario” esperaba su oportunidad para contraatacar con peligro.
Sobre los 10, Molina (otra de las figuras de Central en la tarde de ayer) le ganó otra vez en velocidad a su marcador y le “devolvió gentilezas” al “Sacha” Sáez, quien de cabeza no pudo con Lavorante.
A medida que pasaban los minutos, Central comenzó a controlar cada vez más el partido, a la vez que Luján de Cuyo se desesperaba y perdía poco a poco las esperanzas y también la cabeza. Así, por doble amarilla, se fue expulsado el volante central del local, Fernando Carrazana, tras una falta a Oga. Un síntoma inequívoco para que el local bajara los decibeles y comenzara a despedirse de la categoría.
A partir de ahí, todo comenzó a transformarse en una fiesta, en la cancha y en las tribunas. No era para menos. Después de tantas frustraciones, Central consiguió lo que tanto buscó.

El “Gordo” y el “negro” son los abanderados del “Ferro”
Gerardo Montenegro y Raubén Molina fueron los más regulares de Central Córdoba.

Con furia y bronca se gritó el triunfo de Central Córdoba, el plantel responsable de una fecha histórica para el club, que volvió a la tercera categoría del fútbol argentino, tras 10 años. La ruta del ascenso tuvo algunos badenes, como toda campaña, pero que en la mayoría de ese camino hubo un buen nivel y una regularidad, que la impuso el DT Alejandro Cánova, a su llegada al equipo. Entre los puntos más altos de Central Córdoba, aparecen el “Gordo” Germán Montenegro y Rubén el “Negro” Molina, los abanderados de un buen grupo. Ambos jugadores sufrieron en carne propia tres finales perdidas y, sin embargo, demostraron jerarquía y responsabilidad para salir adelante ante esta adversidad, hoy tienen su premio.
Pero el equipo del “Vikingo” fue íntegro y largo, porque si no estaba uno aparecía otro, nunca hubo falencia en un puesto, desde el primero hasta el último colaboraron para lograr el ascenso.
GERMAN MONTENEGRO (9): Fue determinante en los 180 minutos de la promoción y en el cotejo de ayer tuvo intervenciones espectaculares, imponiendo autoridad bajo los tres palos. Sacó más de tres pelotas fundamentales, que le dieron seguridad en el resultado a su equipo. En el gol, estaba tapado y el tiro fue bien esquinado, sin responsabilidad.
LUCAS RAMOS (7): Seguridad y temperamento en el fondo. Se aguantó ser el último hombre del fondo, en una línea de tres que puso Alejandro Cánova. Hubo algunas distracciones, pero que no pasaron a mayores. Ficha clave en el fondo frente a Luján de Cuyo.
DAVID SORIA (6): Se puso la mochila de reemplazar a Cristian Olmedo en la final frente a Patronato. Alejandro Cánova confió en el pibe, que en los dos partidos de la final, puso una valla en el sector izquierdo y no dejó pasar a nadie.
MARIO RUIZ DIAZ (6): Impuso su jerarquía y experiencia en estos partidos, cuando las papas quemaban, el defensor salió al frente y jugó a pesar de arrastrar una contractura. Al igual que David Soria, fue el sostén de Lucas Ramos en la defensa.
GARCIA CHAMUT (6): El “Chueco” fue tremendo con sus idas y vueltas, dejando un surco en el sector que le tocaba jugar. Marcó en defensa y desbordó en ataque. Tuvo un trabajo formidable por las bandas, conteniendo la marca de quien pasara por su lado.
PAULO PAGLIONI (7): En su función como doble cinco tuvo un rendimiento regular, fue rústico en la marca, pero cuando tenía la pelota dominada descargó bien para los hombres de creación. Junto con Diego Suárez fueron el eje en mitad de cancha. Los jugadores de Luján de Cuyo fueron absorbidos por Paulo.
DIEGO SUAREZ (7): El mismo puntaje que su ladero, su compañero en la función del equipo. Fue sacrificado en la recuperación y cuando podía se mandaba al ataque. Diego fue un arma letal en pelota parada. Convirtió un tanto en el partido de ida. Uno de los hijos pródigos del “ferro” que se adueñó del ascenso.
RUBEN MOLINA (10): Otra vez el “Negro” fue el capitán del barco, el que indicaba el camino dispuesto por donde había que ir para llegar al éxito. Para Alejandro Cánova, fue la rueda de auxilio en ataque, porque cuando no estaba Villalba, era él quien la remaba para convertir. Molina no estuvo bien ante Patronato, por una recaída, pero contra Luján de Cuyo demostró ser el emblema del “ferro”, porque jugó, corrió, metió, anotó, y por ahí faltan verbos y adjetivos para describir lo que fue Rubén Molina en esta final, y en toda la temporada. Anotó el gol del empate, y gambeteó hasta el “Pepe” Herrera, técnico de Luján de Cuyo.
SEBASTIAN SAEZ (8): Otro hijo pródigo del “ferro”, que se enojó cuando le mojaron la oreja tras perder la primera final ante Patronato. “Sacha” no se hizo presente en el marcador, pero tuvo dos asistencias en la primera final, para que conviertan Molina y Villalba. El estadio mundialista no le quedó grande, porque desbordó.
DANIEL VILLALBA (7): Lo pusieron para hacer gol y cumplió, abrió el camino para golear en Santiago. En Mendoza no tuvo mucha participación, pero cumplió.
GABRIEL ALBARRACIN (5): Ingresó en el segundo tiempo, para soportar al ataque por derecha. Jugó unos buenos 45 minutos. *Sequeira y Contreras jugaron poco tiempo para ser calificados.

Un “Vikingo” cumplidor
Había dicho que su equipo ascendería y así fue.
Fue paseado en andas ni bien terminó el partido. Y no era para menos. Alejandro Cánova, técnico del “ferroviario”, fue el “maquinista” del tren del Oeste. Había dicho que su equipo iba a ascender. No lo logró ante Patronato, pero cumplió en la Promoción. “Estoy muy feliz por este momento, porque mis jugadores entendieron el mensaje que les transmití. Hicimos un laburo tremendo durante todo el año para llegar al tan ansiado ascenso. Vine por y para esto, y lo logré”, mencionó.
En cuanto a su continuidad en Central Córdoba, el DT, mencionó: “Desconozco si voy a seguir, todavía no sé nada. Todavía es muy prematuro hablar de ello. Ahora es momento de disfrutar, después habrá tiempo para sentarse a charlar con los dirigentes y ver qué hacemos. Está de decir que me gustaría seguir”.
Cuando todos se abrazaban y cantaban juntos, Cánova hizo un parate y comenzó a recordar a su familia a quien la tiene lejos.
“Extraño a mi familia, estoy lejos de casa, quiero estar con ella, disfrutar de este momento. Agradezco a la gente de Santiago que se vino desde muy lejos para alentar al equipo e invito a la gente a festejar y disfrutar de este ascenso que tanto lo anhelaba. Yo dije cuando llegué que me ponía una mochila pesada, y pude soportarla, gracias a Dios”.
Al final, el gran DT agregó: “El equipo tenía una presión tremenda, de ellos dependía la ilusión de una provincia, que estaba detrás de ellos. Los jugadores son los responsables de esto. Con nuestra profesión podemos hacer feliz a mucha gente. Hoy lo hicimos. Tarea cumplida, entonces”, finalizó Alejandro Cánova, el técnico que llevó a Central Córdoba al Torneo Argentino “A”.

Festejos, aqui y allá
El hincha de Central exteriorizó toda su algarabía tras el empate en Mendoza.

Tanto esperó, tanto sufrió, tanto se aguantó las cargadas de los hinchas de los otros clubes. Por ello el hincha de Central Córdoba exteriorizó ayer toda su algarabía, así en Mendoza como en la plaza Libertad y diferentes sectores de nuestra ciudad Capital e interior provincial.
Tiró la casa por la ventana, como tradicionalmente se dice. Los cánticos, obviamente, estuvieron dirigidos al tradicional rival de toda la vida: Mitre... y también se acordaron de Güemes, su vecino de barrio. “Ferro se va de la B, ferro se va de la B, se va porque tiene h...y le sobra hinchada para no volver”, coreaba la gente. Y también el clásico:
“Borombombom, borombombom, el que no salta, aurinegroooo”.
Hasta los perros estaban vestidos con los colores negro y blanco. La familia “ferroviaria” toda salió a la cancha para celebrar lo que se les escapó la temporada pasada, justo el día de su cumpleaños, cuando tenía lista la fiesta. Esta vez no se les escapó, esta vez el festejo se escuchó y se pudo ver en todos los rincones conocidos como “ferroviarios”, y más también.
Los hinchas idolatraron al “Negro” Molina, no sólo por el gol marcado en la jornada de ayer, sino por todo lo que “transpira” el cordobés a la negra y blanca. “El ‘Negro‘ es el mejor de todos, qué jugador”, decían, a la vez que reconocían “qué arquero el ‘Gordo‘ tapó varias pelotas clave y fue una de las figuras. Apareció en el momento justo”, reconocieron.
También hubo un párrafo aparte para el “Vikingo” Cánova. “El ‘Vikingo‘ tiene que seguir en el cargo. Vino para ascender, cumplió y se merece seguir. Es un capo. Fue un grande como jugador y ahora lo devuelve a Central al fútbol grande”, coincidieron varios muchachos.
La locura invadió el centro de la ciudad. Por suerte no hubo que lamentar excesos de ninguna clase, sólo las típicas cargadas de siempre. La alegría no tiene fin para el hincha y hoy, seguramente, preparará una recepción especial para el equipo, a eso de las 10.30.

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