martes, 15 de abril de 2008

Argentino B Zona C Fecha 26

Guaymallén 1-Atl. Argentino 0
El Güeyma no tira la toalla
Deportivo Guaymallén venció por tercera vez consecutiva al Atlético Argentino, en el estadio Malvinas Argentinas, y alcanzó a su vencido en la tabla de posiciones.
Matías Soria
Fue “a lo Locomotora Castro”. Cuando el Güeyma parecía no tener respuestas, estaba noqueado contra las cuerdas y a punto de besar la lona tuvo una chance y, con un golpe fulminante, finiquitó el pleito. Así fue como el Deportivo Guaymallén logró tumbar al Atlético Argentino y les dio a sus hinchas un triunfo, que terminaron festejando como locos, porque mantienen vivas las esperanzas de alcanzar la clasificación a la siguiente ronda del campeonato.
Está claro que el Tricolor no fue precisamente un derroche de talento ni un compendio de virtudes, más bien fue todo lo contrario, si hasta por momentos se vio superado por su rival. Pero aunque no le sobró nada, el equipo del Turco Julio supo pegar en el momento justo y sumó un triunfo clave que aún le permite ver luz al final del túnel.
Todo lo contrario para el Boli de San José, que mereció mejor suerte por ser el dominador del partido, pero terminó sufriendo su falta de definición en los últimos metros. A pesar de la derrota, a la Academia le quedan chances de lograr la clasificación. Además, ya cumplió con el objetivo de conservar la categoría.
Desde el inicio del partido, Argentino salió decidido a tomar el protagonismo, desequilibrando con la habilidad de Delclaux. Y fue a través de un tiro libre del Niño Terrible que llegó la primera situación de gol para el Boli, luego de un cabezazo de Andrade que se estrelló en el palo.
El Güeyma también respondió con un contragolpe, que terminó con un remate de Vélez contenido por el arquero Bielli.
Ya sobre el final del primer tiempo, Delclaux asistió a Andrade, pero el delantero definió mal, con un remate que se fue desviado.
En el complemento, de la mano del Delclaux, que las pide todas y nunca se esconde, Argentino tenía el control de la pelota en el mediocampo. Pero esa supremacía se desvanecía en los últimos metros, donde no tenía poder ofensivo y el solitario Andrade terminaba absorbido por la defensa tricolor.
En ese contexto, el Italiano no le podía encontrar la vuelta al partido: los volantes estaban erráticos en los pases y sólo apostaban al contragolpe. Pero fue con esa fórmula que llegó el grito de gol, por intermedio del recién ingresado Imperiale, que tras un centro conectó de cabeza y la mandó al fondo de la red.
El Rafa Iglesias acusó el golpe y mandó a dos delanteros a la cancha (Joselito Ortiz y Aguado), pero era muy tarde. El tiempo de gracia se había esfumado.
Al final, terminó festejando el Güeyma, que con esta victoria todavía acaricia posibilidades.

Dep. Maipú 0-Juv. Alianza (SJ) 0
Maipú sólo empató, pero igual se clasificó
Los Cruzados, reprobados por algunos plateístas, apenas igualaron ante Atlético de la Juventud Alianza sin goles, pero lograron el pasaporte para la siguiente etapa. Terminó calentita la tarde en el Omar Sperdutti.

Objetivo cumplido. El Cruzado pasó a la segunda fase, aunque con un deslucido empate ante Juventud Alianza.
La fría tarde terminó bien caliente, por el reclamo de algunos plateístas hacia el equipo y la reacción de Omar Sperdutti, que se enojó mucho con el rendimiento del plantel. También por el Gringo Carlos Sperdutti, que le puso pimienta a lo ya sucedido en el encuentro, con sus declaraciones posteriores al partido. “No pusieron lo que había que poner”, dijo. “El poderoso con el débil”, podría haberse titulado el encuentro, porque Maipú, que está jugando bien y se encuentra arriba en la tabla, tuvo que resignar el resultado ante Alianza, que pelea la permanencia. Como para confirmar que en el fútbol no hay lógica.
El Cruzado, que nunca le encontró la vuelta, extraña mucho al goleador Javier Villaseca –ausente en la red en esta última parte y ayer por una lesión–, más allá de Soto y Paratore, que tuvieron mala tarde.
La más clara de Maipú en el PT la tuvo Benítez, que por derecha era un delantero más. En una rápida jugada, al recibir de Zapata fusiló a Biasotti y el arquero tapó el remate, que Soto agarró en el rebote y cabeceó por arriba del travesaño.
Alianza respondió cuando Morales se la robó a Molina y Olivera, que venía entrando por el medio, no pudo capturar el balón. Luego, Soto tuvo el primero con una linda apilada que no supo definir.
El segundo tiempo fue más de lo mismo. Maipú atacando y Alianza defendiendo, Soria sacando todas y Biasotti mostrándose muy seguro.
Después enfrió el partido el Lechuzo, que se quedó con diez jugadores por la expulsión de Morales por demorar el juego. Así, en un momento Zapata se iluminó e hizo un sombrerito, pero la pelota se fue por arriba del travesaño.
En otra se lo perdió Paratore, que no llegó a un centro de Labaké. El Gringo lo puso a Hernán, su sobrino, y se la jugó con tres delanteros. Pero no hubo caso. El Cruzado sólo empató y clasificó.

Atl. Trinidad (S.J.) 2-Estudiantes (Rio IV) 3
Permanencia asegurada
El “celeste” sumó su cuarto triunfo consecutivo, esta vez ante Trinidad. Con los tres puntos, el equipo de Mattea se aseguró un lugar en la próxima edición del Argentino B .
El abrazo final en medio del templo sanjuanino resumió lo que internamente vivió cada uno de los jugadores e integrantes cuerpo técnico de Estudiantes cuando Néstor Cano decretó el final. Pues el “celeste” había logrado en un reducto complicado el objetivo planteado ni bien arrancó el año: salvarse del tan temido descenso.
El 3 a 2 con que derrotó a Trinidad, rival directo en esa lucha por no caer en el abismo, terminó por cumplir con la meta propuesta y lo hizo con autoridad, amén de que el resultado final haya sido algo apretado.
Es que el equipo de Jugo Mattea disputó quizá los mejores cuarenta y cinco minutos en todo el torneo en el momento preciso y en el partido indicado. Jugó un primer tiempo de alto vuelo, lo que le alcanzó para abrochar allí, con fútbol y goles, la continuidad en el Argentino.
Solidez defensiva, gran poder de quite en el mediocampo, fluidez a la hora de generar y contundencia fueron los atributos que esgrimió Estudiantes en el primer tiempo ante Trinidad. Lo terminó ganando 3 a 0, pero pudo haber sido por más. Por momentos desbordó a un equipo al que le costó mucho cortar los circuitos de juego del “celeste” y que en ofensiva intentó muy poco inquietar al seguro Martín Herrera.
A los 12’ abrió el partido a través de un penal cometido a Chiaretta, quien quedó mano a mano con Gómez gracias a uno de los tantos toques de calidad que mostró Nicolás Rodríguez en el partido. El propio “Bochita”, con un remate fuerte al medio, se encargó de poner el 1 a 0.
Esa ventaja fue un premio para un equipo que no salió a especular. Se plantó con autoridad y siguió buscando el partido pese al 1 a 0. Así, a los 20’ aumentó la diferencia. Bogni se mostró como salida por derecha, jugó para Rodríguez y el iluminado y creativo “celeste” dejó cara a cara a Carboni con el “1” de Trinidad. El delantero sacó un remate cruzado que alcanzó a tapar el arquero pero en el rebote apareció Chiaretta para establecer el 2 a 0.
Trinidad quiso reaccionar pero no tuvo ideas. Sólo de pelota parada llegó a inquietar en dos ocasiones (un tiro en el travesaño de Roda y otro de González). Estudiantes, en tanto, siguió marcando diferencias desde lo futbolístico y generó, hasta el minuto 44’, tres chances claras de gol. Pero la cuarta fue la vencida, a través de un penal por una mano de Silva que luego Carboni, desde los doce pasos, cambió por gol.
En el complemento la tónica del partido se mantuvo, pero Estudiantes sufrió rápidamente la expulsión de Diego Mansilla por doble amonestación.
En superioridad numérica y con las urgencias a flor de piel, Trinidad salió en busca de la heroica. Pero nunca tuvo la claridad conceptual necesaria para vulnerar a una sólida defensa visitante (que tuvo a Miguel Carrizo como el punto más alto).
Con el ingreso de Castillo algo cambió y el delantero fue uno de los pocos que intentó romper el molde. Pero Estudiantes, con el resultado a su favor, manejó con tranquilidad el partido, aunque no tuvo la contundencia del primer tiempo en las no menos de tres situaciones nítidas de gol que generó de contra.
Y en el embate final, un equipo sanjuanino empujado por el amor propio llegó a los descuentos. Primero a los 42’ a través de un penal (mano de Giuliano) que Roda cambió por gol y a los 49’ tras una gran definición del mismo delantero, que ni siquiera tuvo tiempo para festejar porque con la concreción del 2-3 sobrevino el final del partido.
Por autoridad, por carácter y por los muy buenos pasajes de fútbol demostrados en el primer tiempo, Estudiantes se volvió de San Juan con la tranquilidad y el alivio de haber sepultado al fantasma del descenso en la tierra del buen vino.
Franco Evaristi


Sp. Atenas (Rio IV) 2-San Martín (Mza) 1
Supo reaccionar para dar vuelta la historia
El “albo” reaccionó muy bien al gol que sufrió en el final del primer tiempo. Salió con todo a jugar el complemento, empató rápidamente con un tiro penal de Gatto y lo definió con tanto de Damiani.

Porque supo reaccionar en el segundo tiempo, Atenas logró dar vuelta el resultado, quedarse con los tres puntos y terminar festejando el pasaporte a la Fase Final.
El gol de Nicolás Guevara que puso el 1 a 0 para San Martín, en el final del primer tiempo, abrió el interrogante sobre cómo iba a reaccionar el “albo”. Y la reacción fue la mejor. Salió con todo a jugar el segundo tiempo, se lo llevó por delante a San Martín, empató rápidamente con el tiro penal de Gatto y lo terminió definiendo con un remate cruzado de Damiani.
Los 45 minutos iniciales fueron de escaso volumen de juego, muy cortado y con escasas situaciones de pre gol. La presión que San Martín proponía en la mitad de la cancha le sacaba la precisión a Atenas a la hora de manejar la pelota. Se alternaron en el dominio territorial pero sin hacer los méritos necesarios como para sacarse ventaja.
Por eso fue injusto el 1 a 0 con el que el Chacarero se fue al descanso. Un castigo para Atenas que quedó mal parado en una contra y permitió que Coria trasladara por más de 50 metros.
En el segundo tiempo, Atenas tuvo la pelota y el terreno. El tempranero empate por el penal convertido por Nicolás Gatto le dio la tranquilidad para buscar el triunfo. Fue arrinconando a un San Martín que se metió atrás y sólo se limitó a apostar a alguna contra.
Recién cuando Damiani marcó el segundo, San Martín se adelantó, pero sólo llegó con centros, mientras que Atenas contó con algunas contras como para ampliar la diferencia

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